Música norteña de Nuevo León, folclore con influencias europeas.

julio 15, 2021

La música norteña es parte importante de la cultura musical de Nuevo León; el chotis, la redova, la polca, el corrido y el hasta el huapango huasteco, traído por los migrantes de San Luis Potosí, son ritmos que tienen una fuerte influencia de las formas dancísticas traídas a nuestro país por los inmigrantes alemanes, bohemios y checos que se asentaron en esta zona en el siglo XIX.

Ritmos que pasaron a formar parte de nuestro folclor con el nombre genérico de música norteña. Los conjuntos musicales norteños originalmente formados por bajo sexto, violín, flauta, contrabajo y, ocasionalmente, acordeón diatónico con una sola hilera de botones, fueron modificándose gradualmente hasta dar paso, en la década de los cuarenta, a lo que actualmente es el conjunto norteño tradicional: acordeón diatónico de doble botonadura, bajo sexto, tololoche, tambora y, más raramente, un saxofón o violín.

Hoy en día algunos conjuntos sustituyen el tololoche y la tambora con bajo eléctrico y batería. Además, realizan combinaciones instrumentales que pueden variar de acuerdo con la región. 

Veamos el origen de cada uno de estos ritmos que han formado parte de nuestra cultura musical.

Polca

De origen bohemio, la polca es uno de los bailes característicos que acompaña la música de Nuevo León. Se baila en pareja con vigorosos pasos laterales en forma de “galope” y rápidas evoluciones en compás de dos por cuatro rematadas con un rítmico golpeteo de tacón. Entre las polcas representativas de la región se encuentran El aguacero, El rancho, La carreta, Evangelina, El barrilito, Viva Linares, Aurora, Monterrey, Cholita, La grulla, La tablita y La burra orejona.

Redova

De origen polaco, la redova es una especie de combinación de vals y mazurca que llegó a nuestro país entre 1830 y 1840. Al igual que con la polca, en la redova también se encuentra el zapateado rítmico. Sin embargo, aunque dinámicos, sus movimientos no son tan vigorosos y se desarrollan en compás de 3/4. Cabe recordar que también se conoce como redova a la alineación musical que interpreta redovas, la cual generalmente está formada por acordeón, bajo sexto, tololoche, tambora entre las redovas neolonesas más conocidas se encuentran Los Jacalitos, La Mazorca, El Naranjo, De China a Bravo, Diamantina y Los Caballos Panzones.

Chotis

De origen bohemio, el chotis (cuyo nombre se deriva del alemán Schottisch, que significa escocés) es un baile de pareja parecido a la polca y a la redova, pero de ritmo más lento, en compás de 4/4, y en el que los bailarines dan vueltas parecidas a las del vals vienés. Conoció su auge en nuestro país durante la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX. Se bailaba tanto en los salones de la aristocracia como en los patios de la gente humilde, y hoy en día sigue siendo parte importante del repertorio musical de las bandas neoleonesas. Entre los chotis más conocidos se encuentran El revolcadero, El Cerro de la Silla, El pedacito, Florecita, Claudia y Monterrey de mis amores.

El huapango huasteco

A finales del siglo XIX, Monterrey inició un proceso de industrialización que provocó una fuerte expansión urbana y demográfica. Muchos de los migrantes que se asentaron en la ciudad eran originarios de San Luis Potosí, y con ellos llegó el huapango huasteco (interpretado con guitarra huapanguera, jarana huasteca y violín).

El huapango pronto fue adaptado a la alineación instrumental regiomontana y se convirtió en lo que se conoce como huapango norteño. Otra modificación importante fue que los huapangos huastecos casi siempre son cantados, mientras que los huapangos norteños son, en su mayoría, instrumentales. Entre los más representativos se encuentran El gallito, El huarache, El salero, El borrego, El lucero, El mezquiton, El pávido navido y El relojito.

El corrido

Indispensable en el repertorio de la música de Nuevo León es el corrido. Una forma musical cantada, no bailable surgida como forma de comunicación e información en tiempos de la Revolución Mexicana.  Ha logrado permanecer vigente gracias no solo a la adaptación de sus cualidades narrativas, sino a su pronta asimilación en la radio y el mercado discográfico.

Actualmente son contadas las “hazañas” de narcotraficantes, gozando de una inusitada popularidad que ha consolidado al subgénero llamado narcocorrido como emblemático del corrido tradicional. Entre los corridos representativos de la música de Nuevo León podemos mencionar El corrido de Monterrey, El corrido de Agualeguas, Rosita Álvarez, El ojo de vidrio, Mi lindo Monterrey, La carga blanca y Viva Montemorelos.

Cumbia Colombiana

Con un afán comparativo, se puede decir que la música norteña tradicional de Monterrey y la colombiana, comparten como parte importante de su composición un elemento extranjero: el acordeón. En ambos casos la figura literaria de las letras de las canciones impacta de manera importante, se habla del amor, problemas personales e incluso manejan una temática que se relaciona a la compatibilidad de geografías, serranías y con ríos que atraviesan las ciudades.

En la difusión de esta música, se puede decir que es precisamente por el fenómeno migratorio de mediados del siglo XX por el que la música colombiana se fue poco a poco diseminando entre la sociedad. Las personas llegaban especialmente de los estados de México, Querétaro y San Luis Potosí, que veían en Monterrey una opción importante para mejorar su calidad de vida, ocasionada por el auge económico industrial y empresarial de la ciudad que estaba alcanzando los puntos más altos de éxito en aquel entonces. El sitio al que llegaron la mayoría de estos migrantes fue la colonia Independencia.

Los sonideros iban de colonia en colonia con bocinas y tornamesas para reproducir las melodías de las principales agrupaciones y cantantes colombianos.  A través de bailes en las colonias y la venta de discos que ellos mismos conseguían y copiaban, fue como la gente podía adquirir el material musical.

El repertorio de la música de Nuevo León se fue construyendo al paso de las décadas, con músicos como el célebre compositor y acordeonista Antonio Tanguma Guajardo; el cantante, actor y compositor Eulalio González Ramírez “Piporro” el cantante y acordeonista Ramón Ayala “El rey del acordeón”; y grupos como Los Montañeses del Álamo (con una atípica alineación de flauta, saxofón, bajo sexto, violín y contrabajo), Los Rancheritos del Topo Chico, Los Alegres de Terán, Los Compadres de Apodaca, Los Invasores de Nuevo León y Los Cadetes de Linares. Con respecto a la cumbia, Celso Piña ha sido el representante mundial de este género.