Nuevo León

Nombre del Restaurante: Pipiripau
Nombre del Platillo: Cabrito

Ingredientes

El cabrito asado o al pastor es en realidad muy sencillo de preparar. Un buen chivito, algo de sal y paciencia hacen toda la magia. Se ensarta el animalito en una varilla para poderle estar dando vueltas sobre el carbón y que se cueza parejito por todos. Por la parte delantera de las piernitas, luego se voltea para darle oportunidad de cocinarse al pechito y la paleta. Ahora por el reverso, por abajo y por arriba y listo. Se corta en piezas, se acompaña con nuestra tradicional salsa borracha, lechuga, tomate y cebollita. No necesita nada más.

Historia 

Ell Pipiripau

La historia empezó hace más de 50 años con la carnicería que tenía mi abuelo en el Mercado Juárez. Mi papá y mis tíos ayudaban en la carnicería y en el mercado en general cuando eran pequeños. Siempre estuvieron involucrados ayudando a mi abuelo. Cuando crecieron, también ayudaban en otros negocios del mismo mercado y de sus alrededores. 

Mi papá platicaba con mucho cariño de su época de mesero, lavaplatos, recadero y de todo un poco en “El Galván”. Un restaurante del centro en el que aprendió de todo, incluso a preparar los cabritos.

Lo que yo recuerdo es que mi papá y sus hermanos, todos integrantes del grupo musical Los Plebeyos, empezaron a ponerse a trabajar en cosas diferentes al grupo cuando le bajaron un poco al ritmo de las giras. Como si se prepararan para cambiar de giro. Esa es mi opinión. No sé si lo hayan pensado así, tal cual. 

Mi tío Gilberto ya vendía cabrito crudo desde antes, siguiendo la tradición familiar. Después, se unieron Jorge, Francisco y José Juan para abrir un local de cabrito asado. Ese local estaba en el primer piso del mercado.

Hace unos 30 años, me toco ver la apertura del restaurante en el segundo piso donde no se paraban ni las moscas. Un proyecto bien bonito, tirándole más a restaurante que lo que ya había en el primer piso del mercado. Me acuerdo de las sillas que pusieron, súper elegantes, de piel, hasta se reclinaban. Mi papá y mis tíos querían que todo el mundo, de cualquier clase social pudiera tener acceso al cabrito, el platillo más tradicional de la región.

Hicieron de todo para que la gente conociera el lugar. Me acuerdo que hasta un show de lucha libre en vivo hubo una vez. Ahí estaba, la Pimpinela Escarlata peleándose con La Parca en pleno restaurante. Saltando sobre las mesas hasta llegar a la explanada del mercado donde se reunió un gran número de personas. A mi tío José Juan se le ocurrió la idea de poner un Buffet como gancho para que subieran más comensales. Y así, poco a poco, el restaurante que ahora es el que está abierto fue agarrando clientela.